Mi novia le chupó la polla a uno amigo en una fiesta mientras yo miraba

Subido el 12.28.2014

Había gente por todas partes. Era la noche del viernes y los chicos del apartamento habían decidido hacer una fiestecilla. Yo sabía que sería una buena fiesta, por lo que invité a mi novia de las afueras de la ciudad. No la veía mucho, por lo que sería divertido poder beber y bailar con ella. Yo llevaba unos vaqueros y una camiseta con una frase o algo así. Mi novia, Jenny, llevaba shorts blancos muy cortos y una camiseta negra que no me gustaba mucho porque no tenía mangas y había un enorme hueco en las axilas por lo que si levantaba los brazos podías ver su ropa interior. Los shorts eran minúsculos, permitiéndome ver de sus tobillos a sus muslos, que reflejaban la luz sobre la piel suave de su cuerpo.

Ella y yo llevábamos un rato en la fiesta, charlando y relajándonos, pero me di cuenta de que no dejaba de mirar a uno de mis compañeros de piso, Mathew. Era un poco más bajito que yo pero por su aspecto era muy atractivo para las mujeres. Llevaba un polo y unos pantalones cortos. Jenny me había dicho una vez que a pesar de que pensaba que él era atractivo y yo le dije a ella que, mientras que sabía que era una tontería ponerme celoso, me hacía sentir incómodo que pensase en él de esa manera. Ella dijo que lo entendía y que no lo volvería a mencionar, pero mientras ella miraba a Mathew el pensamiento vino a mi cabeza. Rápidamente le quité importancia, realmente no me enfadaba por una mirada. Mientras la noche continuaba, sin embargo, no podía dejar de pensar que estaban intercambiando miradas y que había una especie de energía ahí.

Más tarde, después de beber más, Jenny y yo estábamos bailando. Me encantaba la forma en la que ella bailaba. Era tan sensual, la manera en la que ponía su trasero contra ti y jugaba con tu polla. Al final de cada canción, estaba empalmadísimo. Cada canción era un baile erótico con ella. Después de tres canciones o así, dije que tenía que ir al baño. Cuando volví, vi que Mathew y ella estaban bailando, Jenny restregándose contra él mientras él la miraba, disfrutando de la sensación. Hice contacto visual con ella y le lancé una mirada que daba a entender que no estaba muy contento con eso. Me miró y alzó un dedo gesticulando “un baile más”. De nuevo, me recordé a mí mismo que yo no era del tipo celoso y que si mi novia quería bailar sin mí era totalmente razonable. Aún así, no podía evitar imaginar que Mathew se estaba empalmando mientras Jenny tonteaba con su cuerpo, presionando con su trasero rítmicamente contra su entrepierna. Me senté a la mesa y bebí algo más de whiskey mientras terminaban de bailar. Finalmente, los dos vinieron hacia mí, riéndose entre ellos sobre alguna broma que había hecho Mathew. Jenny le estaba sonriendo y cuando se sentaron, lo hicieron enfrente mía. De nuevo, no tenía sentido. La gente no se tiene que sentar tan cerca para estar junta.

Los tres hablamos y bebimos juntos y nos reímos sobre tonterías. Durante un instante miré sobre mi hombro para decirle algo a un amigo y cuando giré la cabeza Jenny estaba mirando a Mathew, con ojos muy serios y la cara muy roja. Su brazo estaba bajo la mesa, pero no quise mirar. Él no haría nada, de todos modos, y yo parecería muy inseguro si preguntase algo al respecto. “Tengo que ir al baño”, dijo ella, mirándome rápidamente. “Volveré ahora mismo”. Se levantó de la mesa y se fue por el pasillo hacia el baño. Hablé de cosas casuales con Mathew hasta que él dijo que quería mirar su teléfono que estaba cargándose, y se fue por el pasillo a su habitación. Yo cogí mi móvil y me puse a mirar Reddit, algo que hacía cuando me aburría. Unos 10 minutos después de que se hubieran ido, todavía no había visto a Jenny. Fui a mirar al baño, pero las luces estaban apagadas y la puerta abierta. En el pasillo, escuché un gemido. A la derecha estaba la habitación de Mathew, entreabierta y luz saliendo del interior por la rendija. Escuché otro gemido que sonaba como Mathew, así que miré por la rendija y vi a Mathew de pie con los pantalones bajados, con una chica castaña chupándosela rítmicamente. No tuve que ver su cara para saber que era Jenny. Inmediatamente me sentí frustrado y humillado. Quería gritarle y preguntarle por qué, pero no sabía qué decir que no resultara más humillante de lo que ya era. Mathew cogió su pelo en una coleta y movió su cabeza para meter su polla hasta el fondo de su garganta, cerrando los ojos de placer, gimiendo mientras sus huevos le daban a ella en la barbilla. Los ojos de Mathew se abrieron y miraron hacia la puerta. Tuvo que verme, porque sus ojos se abrieron de sorpresa durante un segundo antes de volverse una mirada más intensa. Movió sus manos y siguió follando en la boca a mi novia. Sus gemidos eran más fuertes cada vez que la polla de Mathew entraba y salía de su garganta, mientras él con sus manos la forzaba más. Él miró a Jenny y le dijo “tu novio está aquí”. Ella se apartó y miró alrededor, hacia la puerta, donde yo estaba. “Lo siento cariño”, dijo, su mano acariciando lentamente la polla mojada de él, “estábamos bailando y podía notarlo a través de sus pantalones y tenía que tenerlo”. Mathew sonrió y me dijo “no es su culpa, no ha podido resistirse”, dijo, exhalando rápidamente mientras Jenny lamía lentamente su polla, desde los testículos hasta la punta, relamiéndose con la sensación mientras la lengua de ella pasaba por cada vena. “Además, habremos acabado pronto y podremos regresar todos a la fiesta. Vamos, tío, deja que acabe y finjamos que esto nunca ocurrió. Si no, podría contarle a os demás lo que ha pasado. Creo que podría dejarte en mal lugar”. Le miré con incredulidad, “¿se te ha ido la pinza? ¿quieres que vaya y deje que mi novia siga comiéndote la polla?”. Al acabar mi frase, Mathew gritó “¡eh chicos!” y rápidamente entré y cerré la puerta. “No lo hagas, joder”. “Está bien, cinco minutos más y todo habrá acabado”. Incluso mientras hablábamos, Jenny estaba usando las dos manos para pajearle mientras su boca envolvía la punta de su miembro. Estaba sin palabras. Ella sacó el pene de su boca, con un rastro de saliva desde la punta de su lengua. “Sólo un poquito más, cariño, entonces habremos acabado, lo juro”. Volvió a retomar su actividad y Mathew gimió de nuevo. “Oh, joder, esto es buenísimo. Métetela hasta el fondo, quiero que lo trabajes bien”. Jenny cogió velocidad, su polla entrando con facilidad en su garganta. Con cada embestida, su garganta hacía un ruido líquido, un sonido que yo sabía que significaba que estaba haciendo una mamada bestial. “Dios, la chupas como una auténtica zorra, Jenny. Parece que Stephen te ha entrenado bien”, me guiñó el ojo y Jenny hizo un sonido afirmativo mientras seguía chupándosela con entusiasmo. “¿Eres una zorrita, cariño?”. “Mhm”, respondió ella. “¿Te gusta chupármela?”. Ella afirmó de nuevo, tanto como se puede cuando tienes una polla en la boca. “Te gusta ser una zorrita universitaria, ¿verdad? Te emborrachas y bailas con tíos y lo siguiente que sabes es que estás de rodillas en la habitación de un extraño con su polla en la boca. ¿En qué te convierte eso?” dijo él, mirándola con expectación. Ella se sacó la polla de la boca, sin dejar de acariciarla con las manos. “En una zorrita universitaria, ¡no puedo evitarlo!”. Sonrió y siguió con lo suyo. Yo me senté en una silla al lado, sin pensar en nada realmente, simplemente observando. Estaba demasiado sorprendido como para decir algo, pero no quería irme porque podrían acabar follando.

Mathew alargó el brazo hacia su escritorio y cogió el teléfono, abriendo la cámara y apuntando a Jenny. “Tío, sin fotos, venga. Pensaba que decías que olvidaríamos esto”, supliqué. Lo último que quería era que nadie más supiera sobre esto. Joder, ni siquiera yo quería saberlo. “Cállate, que no se lo voy a enseñar a nadie”. No podía creerle, pero con su polla en la boca de mi novia sentí que era el fin de la discusión. Pulsó el botón de grabar y en el teléfono aparecía la imagen de Jenny atragantándose con la polla de él. Se puso a buscar un mejor ángulo para que cuando él empujase la cabeza de ella, la polla entrando totalmente en su boca pudiera verse entera, enfatizando la profundidad hasta la que estaba llegando dentro de su garganta.

Siguió grabándola durante un minuto o dos antes de empezar a gemir. “Oh, sí, joder, nena, sigue chupando así, déjame ver esos ojos”. Ella miró a la cámara, follándose la cara con su polla. “Joder, sí, joder, joder”, dijo él cerrando los ojos.

“Joder, nena, me voy a correr, quiero correrme en esa cara bonita, quiero llenarte de semen como la zorrita que eres”. Ella aumentó la velocidad, ordeñando con sus manos, respirando fuerte. “Oh, joder, joder, ¡jodeeeer!”, dijo él, antes de sacarla de su boca tirando a la vez de su pelo para que ella lo mirara. Se la sacudió rápidamente hasta empezar a correrse, con hilos del fluido cayendo sobre la cara de Jenny mientras ella miraba inocentemente hacia la cámara. Él continuó sacudiéndola, poniéndola sobre su frente hasta que Jenny apenas podía abrir los ojos, con la cara cubierta de su semen cayéndole por todo el rostro, hasta los labios. Él la soltó y ella inmediatamente cogió su polla otra vez, lamiéndola lentamente y apasionadamente mientras su semen le goteaba por toda la cara. Él gimió aún más, diciendo, “abre la boca, vamos a ver lo que has recogido, zorra”. Ella abrió la boca y le enseñó a la cámara el semen acumulado en su boca y al mismo tiempo goteando por sus labios hacia su boca. Siguió limpiando su polla, llegando hasta los testículos, lamiéndolos mientras su polla caía sobre su cara llena de semen. Él lo grabó todo.

“Joder Jenny, eso ha sido muy bueno. Pareces una zorra total ahora mismo. A lo mejor es lo que eres”, dijo, mirando a través de la cámara a esta chica universitaria arrodillada lamiendo cualquier resto de semen de su polla. Se sacó el pene de su boca, mientras seguía arrodillada y mirando a la cámara. “Totalmente”, dijo, sonriendo mientras un poco de semen resbalaba por su barbilla. Apartó la vista de la cámara y me miró a mí. Yo estaba sentado en la silla, boquiabierto de nuevo. Rápidamente miró a la cámara, con una mirada traviesa en la cara mientras se levantaba. “Lo siento, tenía que hacerlo, Stephen, era demasiado bueno. Pero tú eres mi novio, lo prometo”. Se acercó, moviendo los labios con una capa de corrida sobre ellos. Se me acercó y me besó en los labios. Podía sentir el semen de Mathew en sus labios e intenté no saborearlo cuando ella usó su lengua para besarme. Cuando se levantó de nuevo, me di cuenta de que Mathew todavía estaba grabándolo todo. “Gr-gracias”, dije. Estaba bastante seguro de que eso significaba que todavía estábamos saliendo.

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